Indiferencia
Mátame de muerte
mátame sin arte
mátame del modo
menos elegante,
a cuchillo fácil,
hasta desangrarme.
Pero no me mates
con la indiferencia,
ni con el deseo
que tengo de amarte.
Quiero que al hacerlo
conserves prudencia,
si es la única forma
de poder rozarte,
será mejor suerte,
pretendiendo amarte.
Todo el tiempo, todo,
quédate expectante,
si es el medio grácil
de poder mirarme.
Después, cuando lo hagas
vente aquí a mi lado,
llevando tu boca
cerca de la mía.
Creeréme entonces
que me habrás besado,
hallando en la muerte
la única alegría.
Autoría y derechos : Marta Requeiro.
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