sábado, 18 de noviembre de 2017

No sé si es poesía.

(De un recuerdo, alrededor de 1985 / Cuba).

                         No sé si es poesía.


Se funde el acero
sometido ante el fuego
y te pienso...
¿Será poesía?
No tengo cura ante ti
y no la quiero.
Planifico un encuentro mesurado
sin tener que esquivar a la gente
en un desesperado
intento diligente
por encontrar un cuarto,
un lecho,
para poder amarnos otra vez
de una manera diferente.
¿Será poesía?
Tampoco sé si es poesía
el café en proceso de colado
en la maquina de expreso del hotel
mientras te miro todavía acostado.
O entrelazar nuestras manos
y hablarnos con caricias
sin pronunciar palabras.
Quizás sea poesía
el chirrido de las ruedas del tren
acercándose al andén
y saber que ha llegado el momento
en que te veré partir.
O el olor a la hierba cortada,
tan al ras con el riel,
por las ruedas pesadas
que se empiezan a mover.
O mirar que te asomas
para decirme cuídate,
que todo estará bien.
Poesía es la llama
danzante del quinqué
cuando aún pienso en ti
y quiero que la semana
se disuelva en el tiempo,
como gota de lluvia
en el inmenso océano,
para volverte a ver.

viernes, 17 de noviembre de 2017

Alcanzará un nivel patológico la vigilancia en Cuba.

Alcanzará un nivel patológico la vigilancia en Cuba.

A partir de enero del 2018 en La Habana se creará un centro regional llamado InvGuard para la difusión e implementación, en América Latina, de sistemas de protección contra ataques en las redes.
La empresa rusa Inoventica Technologies, especializada en protección frente a amenazas cibernéticas, firmó en Moscú el pasado viernes 10 de noviembre un acuerdo de tres años con la empresa cubana Softel, del Grupo Empresarial de Informática y Comunicaciones (GEIC) que es propiedad de el estado cubano.
El director de la empresa rusa, Vitaly Slizen, plantea que aún sin este servicio funcionando la parte cubana representada por Softel gana actualmente alrededor de seis millones de dólares al año y que con la colaboración rusa haciendo su trabajo en esta área los ingresos ascenderán a 100 millones de dólares anuales.

La tecnología novedosa de seguridad ya se usa en el Ministerio de Comunicaciones para las necesidades de las autoridades cubanas desde mucho antes y resulta suficiente. No así para el monopolio estatal: Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), que se encarga de operar la red pública, lo que me hace suponer que pensando también en ésta es que se implementará. Aunque nos quieran hacer creer que el motivo es prevenir la intromisión nociva en las redes estatales más sencibles.

Con este proyecto de trabajo en conjunto entre Rusia y Cuba viene a ponerse el "toque sofisticado", a mi entender, a la chivatería incluso a nivel de cuadra. El ojo vigilante de los CDR, la lengua delatora del vecino, el teléfono "pinchado" por la contrainteligencia, la opresión hacia el pueblo hasta la máxima expresión, a través de la escasez, el hambre, la falta de vivienda, de medicamentos y la batalla constante contra la disidencia, que cada día crece más, ha ido preocupando y preocupa a la élite castrense y el gobierno temeroso quiere ahora llevar el control a niveles más profundos y aprovechará la implementación de este sistema de protección no sólo para defenderse del posible ataque cibernético del enemigo imperialista (cosa que veo difícil pues no creo que Estados Unidos estén interesados en lo que piense o haga el gobierno de la isla como para intervenir o atacar sus redes), sino para coartarle más la existencia al ciudadano desvalido e impedir el surgir o desarrollo de la más mínima célula opositora que haga temblar o poner en peligro sus intereses.