lunes, 30 de enero de 2017

¡Le zumba!

¡Le zumba!


El que no haya vivido en Cuba y se mantenga informado de lo que pasa en la isla con la disidencia a través de la televisión y la prensa internacional; o por curiosidad quiera comparar y ver cómo "pintan" el panorama desde dentro, leyendo las páginas virtuales de los periódicos Granma y Juventud Rebelde pensará que se trata de dos paises distintos. Por eso la prensa tiene tanto poder. Informa, desinformar o tergiversa la realidad según los intereses del periódico que de la noticia..
Por curiosidad entré al diario virtual Juventud Rebelde y tuve la sensación de que el tiempo no había pasado en mi terruño querido. Leyendo en el algunas noticias pude constatar que "el cuartito esta igualito". Se habla de que los centrales azucareros de Cienfuegos estan listos para la zafra 2016-2017, que termina en abril, y se estima que será un 5% más productiva que la anterior. Que remodelaron las instalaciones, le pusieron pisos, etc. El cubano sabe por experiencia que esto es puro maquillaje noticioso ya que el país marcha bien solo en la tele y los diarios de allá, que es todo un descaro, pues las ganancias que genere cualquier industria en el país no son usadas en favor del desarrollo del mismo; que los hospitales para el pueblo siguen destruyéndose, las farmacias sin medicinas, las calles rotas y las bodegas vacías, por poner algún ejemplo. Que si no tienes dólares o estás tratando de "resolver" todos los días la subsistencia: mueres.
La misma fuente noticiosa al servicio de la dinastía castrense anunció; que el 28 de enero cerca de 5000 pioneros honraron al Apóstol, participando en el desfile martiano pioneril, en la capitalina Plaza de la Revolución José Martí. Los infantes fueron vestidos de los personajes de los cuentos del apóstol, y luego en la noche hubo un evento multitudinario en la escalinata de la Universidad de La Habana, que sirvió de colofón. Todos, con antorcha en mano, se presentaron entonando himnos, consignas y canciones para dar culminación a la actividad que durante todo el día estuvieron dedicándole al inmortal y excelentísimo cubano, por conmemorarce el 164 aniversario de su natalicio.
Los turistas que vean esto dirán que es el país de la felicidad. Pero si a todos ellos, o al que desde afuera hable bien del gobierno de la isla se le obligase a permanecer como cualquier cubano de a pié, pasando las de Caín; al mes, ¡qué digo al mes!, a los quince días ya estuvieran maldiciendo la madre que los parió y arrepintiéndose mil veces de la desicion.
Sinceramente hierve la sangre ver la doble cara de los cubano que van a todas esas manifestaciones a vociferar y a emocionarse llorando lágrimas de cocodrilo para luego regresar a sus casas y no tener qué comer. Que se les vaya la luz o el agua, o el colchón en que duermen ya no sirva y no tengan con qué ni de dónde sacar otro, o se les caiga un pedazo de techo, o una ventana por estar comida por el comején y no tengan materiales para solucionarlo. Como pasa en Baracoa que la mayor parte de la ciudad quedó devastada con el paso del huracán Matthew y aún no se recupera.
A todos esos, que después se quejan puertas adentro por falta de valor, me dan ganas de decirles: ¡Tengan un poco de lo que les sobra a las Damas de Blanco o a los activistas de los derechos humanos en la isla, a Fariñas, al Sexto, lo que le sobró a Payá, y vayan a manifestarte para que vean lo que es bueno! ¡No!, ellos prefieren estar en paz con Dios y con el Diablo.
Esos son los que después estan pidiéndole a la familia de fuera que les ponga una recarga para el celular, y encima apuran sin saber cómo está la economía del solicitado, diciéndoles: ¡Porfa que sea lo antes posible! Porque hoy se vence la oferta de Cuballama y si pones $25 me dan $50.
Como la prima de un amigo de Facebook, que vive en La Habana, y también le pide mensualmente las recargas para su teléfono movil. Además, una que otra vez, productos para el pelo, ropa, zapatos. Y, según me cuenta él, con la muerte de Fidel se lamentó a través de su muro diciendo que todo el país estaba de luto.
¡Le zumba! ¡Que gente más descarada! Y además creen que a los que vivimos fuera de Cuba nos ponen el dinero en la puerta, o no tenemos que esforzarnos para solventar nuestros gastos.
Todos esos de doble cara deberían tomar conciencia, salir y unírseles a los grupos contrarios al régimen que luchan por ser escuchados, y ayudarlos a alcanzar un cambio radical en la isla en el que todos salgan beneficiados.

sábado, 28 de enero de 2017

Un veintiocho de enero

                  Un veintiocho de enero

               

Era enero veintiocho,
mil ocho cincuenta y tres
y La Habana vio nacer
a un cubano prodigioso

¡Qué exquisita era su prosa!
Leer el Ismaelillo,
luego los Versos Sencillos,
los Zapatitos de rosa.

De su legado inmortal
nos regaló aquel Abdala
Amor con amor se paga,
y luchar por la libertad.

Poeta reconocido
periodista y escritor
fue engrillado por caudillos
por ser libre pensador.

De Cuba exiliado a España,
luego estuvo en Nueva York
y desde toda tierra extraña
continuaba su labor.

Hispanoamérica libre
era lo que deseaba
demostrando gran calibre
a todos los que arengaba

Cultivaba en su jardín
una hermosa rosa blanca
lo mismo para el ser vil
que para el de mano franca.

Internacional, sincero
un patriótico y gran hombre,
de lo justo el asidero,
José Martí era su nombre.


Autoría y derechos:
Marta Requeiro.

viernes, 27 de enero de 2017

Un muro de xenofobia y discordia.

          Un muro de xenofobia y discordia.



Levantar un muro entre los Estados Unidos y México para preservar la integridad de la frontera estadounidense, no es la solución. Éste no solo dividirá los países, sino a millones de familias formadas por indocumentados y los hijos de éstos nacidos acá. ¿Qué pasaría entonces? Los pequeños quedarían traumados y en manos de instituciones costeadas por el gobierno que invertirían mucho dinero en cuidarlos, alimentarlos y educarlos adecuadamente pero lejos de sus raíces como individuo, que sería atentar contra ellos. Ya no estarían a cargo de sus padres, los que trabajaban desde las sombras soportando vejaciones por un bajo salario para darles lo mejor. Además de otros muchos tantos jóvenes que tendrían que esforzarse el doble por no tener el apoyo familiar para alcanzar sus metas. ¡Un caos!
Creo que es un acto de soberbia y abuso de poder del presidente, por no decir que de miedo incontrolable, el querer erigir esa muralla divisoria. Si los que ya están aquí se legalizan (que son muchos moviendo el país) pagarían  impuestos, esa carga obligatoria que toda persona y empresa tiene que pagar al estado. En pocas palabras: más dinero disponible para financiar la construcción de infraestructuras que nos beneficien a todos,  prestar más  servicios públicos de sanidad, educación, defensa, protección contra el desempleo, prestaciones por invalidez o accidentes laborales, etc.
Y en cuanto a los que quisieran inmigrar, después del "punto y aparte" establecido: aprobar medidas severas, pero justas para ellos. Evitándoles la entrada ilegal y la permanencia.
Nosotros los cubanos sabemos muy bien que es esa sensación, porque la hemos sufrido  por más de medio siglo separados por el "muro" de agua y sal que aísla a la destruida y sufrida Cuba de el país de las oportunidades.
Aunque por años se nos permitía llegar, y ya aquí tener ventajas legales, sabemos por experiencia propia lo que provoca ese calvario de estar lejos de los nuestros perdiéndonos disfrutar con ellos momentos de la vida.
El que tenga un ápice de empatía no puede estar de acuerdo con esa medida del presidente Thrump de levantar el muro.
Conclusiones: Creo que e vez de acudir a bloques, concreto y división de toda índole, se debe optar por algo más duradero: acuerdos, leyes, e iniciativas que nos hagan vivir como buenos vecinos.
Levantar un muro no es la mejor opción de defender la frontera, por muy fuerte y alto que se haga este. Unas buenas medidas legislativas en cuestión de inmigración sería lo más sólido.
El presidente Donald aseguró, en los pocos días que lleva ejerciendo, que tiene un buen corazón. Nos toca descubrir, entonces, si saludable o bondadoso.

lunes, 23 de enero de 2017

A través de la pequeña dimensión de una foto.


 A través de la pequeña dimensión de una foto



Una foto es una ventana al pasado. Puede estar tomada hace un segundo y ya pertenece a él.
Es posible que a veces cuando vemos una del barrio, de la calle en que crecimos, nos embargue un sentimiento que no sepamos con certeza cómo describir. Si nostalgia, añoranza, o tristeza por el hecho de echar de menos ese lugar donde fuimos felices la mayoría de las veces con muy poco.
Se siente una mezcla de muchos sentimientos que al final son uno solo y que ligados a pequeños flash de recuerdos hacen que nos preguntemos: ¿Por qué tuvimos que irnos de ahí? Es sabido que la ley de la vida nos obliga a abandonar el nido, pero no siempre el lugar o el país al que pertenecemos.
Hoy vi una foto de mi calle y enseguida recordé a mi madre. Su lucha diaria por darnos lo mejor ante la ausencia de un padre que la parca se llevó de forma inesperada.  La recuerdo apoyada en la cerca de la casa, con la vista fija en la distancia esperando mi regreso de la escuela.
Cuando mi anatomía cansada doblaba la esquina, y hacía el esfuerzo por vencer el tramo de asfalto que aún restaba hasta el hogar; exhausta por el hambre, el sol y el cansancio, aún sin haber atravesado el umbral de la acera hacía la casa, ya empezaban las preguntas y las elucubraciones: ¿Cómo te fue?¿Qué hiciste hoy?¿Qué te dijo la maestra del trabajo que llevaste? Esa amiguita tuya que vive allá atrás, en la otra cuadra, la del pelito rizado, ya pasó hace rato. ¿Por qué saliste tarde?... Y debía responder, con las pocas fuerzas que me quedaban, una y cada una de las preguntas. Recordarle que esa niña no estaba en mi aula. Le decía: "Que estemos en la misma escuela no quiere decir que salgamos a la misma hora". Además de aclararle que ese día, en particular, el horario de clases siempre se extendía. A pesar de que podía consultar el calendario, guiarse por él, no lo hacía. Era como si las preguntas fueran una cosa necesaria de hacer. Una especie de reflejo condicionado, creado a fuerza del continuo uso, que provocaba que salieran éstas, una detrás de la otra, casi sin pensarse. Incluso, no necesitaba la respuesta de la primera para que como fuego de ametralladora vinieran todas las demás.
Así era con todo. Si le pedía permiso para una fiesta estaba sometida, a una incertidumbre incalculable por el desconocimiento de la respuesta, positiva o no, que me daría al final. Además de un agudo cuestionamiento encabezado por las mismas interrogantes de siempre: ¿Con quién vas? ¿Quiénes van a estar?¿Dónde es?¿Hasta qué hora?
Esta forma de actuar, propia de las madres cubanas, fue algo que heredé y que luego puse en práctica con mis hijos.
Viendo una simple foto podemos hasta recordar un olor, una estación del año, el clima de un día en particular, o qué nos trajo un atardecer. Momentos felices, personas sonriendo juntas y queriéndose, que quedaron plasmados en una instantánea.
A través de esas imágenes le damos vida a eso que esta, no importa que tan escondido, latente en la memoria. Ahí lo "coloreamos" a nuestro antojo de forma inconsciente para que siga ayudándonos a recordar lo que somos, de qué estamos hechos: nuestros principios. De modo que podemos enmendar nuestro camino, si se necesita, y ser consecuentes con nuestra esencia.
Esas imágenes fijas que atesoramos en el computador o en una amarillenta cartulina pueden acarrear sonidos de olas, ruidos, música, rostros conocidos, lugares y hechos, aunque no estén implícitos en la que estamos viendo.
Eso me pasó hace un rato. Una simple foto me trajo un remolino de sensaciones, me sacó una lágrima y a la vez me dio tranquilidad. Porque fue una época de carencias en Cuba, pero la vivimos lo mejor que pudimos: unidos por el amor.
He sentido que hay un lugar en el que podemos ser enteramente felices aunque lo "maquillemos" para que luzca bello a pesar de todo lo que pudo faltar. En el que podemos estar a salvo de lo desagradable y protegidos por el amor de una madre. Sin importar si nuestra posterior historia fue la mejor, podemos refugiarnos ahí, siempre que queramos. Ese lugar se llama infancia y estará siempre presente en nosotros y podemos acceder a el, incluso, a través de la pequeña dimensión de una foto.


miércoles, 18 de enero de 2017

Caída libre.

Caída libre


Me lanzo a tus brazos en picada
en caída libre.
Me despojo de ataduras
y de dudas
Desciendo a lo innombrable del deseo
perdiendo la cordura.
Hasta el pozo de tu boca, llego.
Laberinto de lo que no quiero oír
y lo que quiero
A nadar en su oscura profundidad
de lenguas zigzagueantes, gemidos
frases inteligibles
y sonidos.
A descifrar las incógnitas en cada poro
y a navegar en las órbitas celestiales
de tus negros ojos.
Reboto sobre tu pecho
ancho y suave
varonil y frágil
sin tomar un respiro.
En el agitado silencio que nos envuelve
disfruto un mundo colorido.
Y continúo derramada sobre tu vida cotidiana
Y tú en la mía.
Tejiendo planes y bordando sueños
multiplicando las manos en los hechos
y mutilando toda desventura.
Y diviso el éxito
sin haber aún encontrado el camino.
Por eso, cuando quiero
mil veces morir y mil veces nacer
me lanzo a tus brazos en picada,
en caída libre.
Sin vértigo.
Y vuelvo a descender
a lo innombrable del deseo.
A confiar.
Sabiendo que al final
voy a encontrar tu mano
donde asirme.

Autoría y derecho: Marta Requeiro.

martes, 17 de enero de 2017

Una tarde.


Una tarde.



Llegó al restaurante y, cuando lo atendieron, pidió un plato de almóndigas en salsa. Le dijeron que había demora; asín que se dispuso a esperar sin remedio. A pesar de su hambre, para ir matando el tiempo le pidió al mesero la clave de la Wifi y que le trajera un mojito. El trago llegó rápido acompañado de un plato con pan trozado bañado en aceite de oliva y sal, y un papelito con el nombre del local y cuatro dígitos.
Al lado de su mesa había una pareja de gringos frikis que reían a más no poder chocando sus vasos que contenían güisqui a la roca. Sacó su computador portátil de última generación, con lector de cederrón y se conectó a internet para revisar correos y cerciorarse de tener la carpeta digital, que emplearía para su entrevista, en orden.
Nada lo había distraido hasta que le pasó por el lado una despampanante mujer moviendo con gracia su cuerpo y pensó: ¡Tremendo culmen! Mientras se deleita del perfume que la dama iba dejando tras suyo, camino al baño. Sudaba, lo hizo mucho más después de verla y se pasó la soballeta por la frente.
Los ventiladores del fondo tiraban algo de aire caliente proveniente de la cocina hacia el salón, haciendo aún más caluroso ese mediodía de otubre en el sur de La Florida.
Sin darse cuenta ya le traían el abracadabrante plato del que podía servirse medio batallón. Comió hasta sentir tirantes los botones de la camisa y cuando no pudo más pidió una caja para llevarse el resto. ¡No sé qué es peor, si tener hambre o está llenura asquerosa!, reflexionó.
Luego vio regresar a la hermosa mujer que se sentó al lado de un Ñor con aspecto de papahuevos que le hacía pensar que él -comparándosele- era un papichulo y que quizás la chica tendría con el individuo una relación de amigovios. Vivir tantos años en España, bajo el euroescepticismo, lo hacían desconfiar de la seriedad de esa relación.
Llevaba poco tiempo en Miami y no dominaba bien el inglés asín que desde su celular envió un tuit en espanglish a la persona con quien se reuniría en menos de una hora.  Descambió un billete para portar sencillo y notó que no le dieron bien el vuelto, no se quiso conflictuar y tomó sus pertenencias y la pequeña caja con el resto la comida y salió rápido del local.
En la acera, antes de hacerle señas a un taxi -intuyendo que estaría lleno todavía en la noche- depositó en la mano de un vagamundo que pedía limosnas, el envase desechable que portaba la comida todavía caliente.
Uno de los tantos autos amarillos respondió rápido a su llamado e hizo una súbita maniobra y vino a parar cerca de un charco que se extendía hasta la vereda. Se arremangó un poco el bluyín para no mojarle las patas y se subió sin agravio agradeciendo al taxista de antemano, el que le respondió: ¡Manda uebos!, el trabajo escasea y hay que ser agílibus para no dejar escapar un cliente. Además- como si fuera poco- ser ágil, tener vista de águila para saber quién es pinchauvas. ¿Dónde le llevo? -siguió hablando el chofer- Tenga cuidado con unos cuantos apechusques que tiré ahí detrás: unos albericoques, molocotones y mondarinas que hay en una bolsa. Si desea me los echa para acá alante...
A este apartotel, por favor. -respondió el sujeto mostrando una tarjeta; incómodo por la llenura y deseoso de llegar a tiempo y ultimar los detalles para su cita.
¿Y bueno, qué le parece este conceto de vida relajada? ¡Norabuena!, por su llegada. ¿Viene a pasear o a trabajar?... -siguió hablando solo el chofer mientras su pasajero se acomodaba echando la cabeza hacia atrás para disfrutar del aire acondicionado y relajarse.
Cuando se bajó del taxi, y mientras cancelaba el saldo que decía el taxímetro, vio bajarse de un auto similar al monumento femenino de carne y hueso con el que, minutos antes, había coincidido en el restaurante.
Pero ya lo que pasó después es otra historia que les contaré usando otras de las nuevas palabras aprobadas por la RAE.


lunes, 16 de enero de 2017

Ya se va enero, Obama y una ley de años.

Ya se va enero, Obama y una ley de años.


Casi se acaba el primer mes del año y las cosas siguen pintándose de incertidumbre desde el resultado de las votaciones, acá en los Estados Unidos, intensificándose cada vez más con el transcurso de los días en los que van ocurriendo hechos inesperados.
Tenemos por un lado a Thrump que no sabemos cómo va a actuar como presidente teniendo en cuenta las características de su personalidad, su irreverencia, su poder monetario y el respaldo casi absoluto ante el congreso, que pudiera permitirle hacer lo que quiera, como niño majadero con mesada abundante, que si quiere la canica más bonita, mete la mano en sus bolsillos, saca los billetes y la obtiene al precio que sea. Y eso definitivamente asusta, pues no se sabe qué puede pasar internamente o a nivel mundial, aunque hay un ápice de optimismo en pensar que no todos los congresistas vayan a ser cómplices y aprobar algún desatino del mandatario.
Luego está, esta carta que acaba de sacar Obama de abajo de la manga que nos deja boquiabiertos a todos los cubanos pues, sinceramente, nadie se lo imaginaba.
Ahora se habla mucho de un muro, y un muro imaginario es el que siempre ha existido en la política entre Cuba y este país de Norteamérica. Digo siempre pues cincuenta y ocho años de la dinastía Castro es una vida para los que hemos estado esperando cambios, tanto fuera de la isla como dentro -donde las papas queman.
Obama lo que hizo fue abrir un boquete en ese muro con su política de "acercamiento" a la isla por donde se coló la esperanza para los cubanos de ambas partes, de que todo iría bien. Que los dos gobiernos se pondrían -al menos- mínimamente de acuerdo y  tomarían medidas a favor del pueblo isleño, ¡ilusos los que lo pensaron!
Durante Marzo, del 20 al 22, del 2016; la visita del primer presidente afroamericano de los Estados Unidos y el único después de casi noventa años a la mayor de las antillas, fue al mejor estilo farandulero y mediático. Hizo uso de su elegante figura, su personalidad cautivadora y estuvimos tres días pendiente de  sus actos, pero lo único que se logró con eso que fue tan difundido y esperado, fue que los cubanos carentes de oportunidades y ávidos de cambios, se "endulzaran la boca". A los que nos cuesta ser optimistas con el Gobierno de los Castros sabíamos que eso no iba a llegar a nada.
Desde el 17 de diciembre del 2014, cuando los cubanos de ambos lados del "muro" saltaban eufóricos con la noticia de la reanudación de las relaciones diplomáticas entre ambos países, otros -entre los que me incluyó- veíamos escépticos lo que resultó ser un capítulo más de esta triste novela llena de desacuerdos en la que el pueblo de Cuba sigue representando su sufrido papel.
Eso sí, no se puede negar que disfrutamos de ese "intermezzo" en el que brindábamos con un pequeño trago de ilusión. Lo más traumático es que creímos en él, en su aire afable y a favor de los desprotegidos lo vimos como una especie de Robin Hood.
Su mandato tuvo, como una buena obra teatral en la que se disfruta del actor principal y todo lo que lo envuelve, dos temporadas. Los que votaron por él la primera vez, al ver que quedaban cosas pendientes; entre ellas, por su puesto, el tema de Cuba, votaron porque presidiera cuatro años mas, y él dejó para el final, como si ya más inolvidable no pudiera ser su paso por la presidencia, este inesperado desenlace con la derogación de la ley "pies secos-pies mojados", que dejó a miles de cubanos varados y frustrados, tanto en fronteras latinoamericanas de México y Panamá-Costa Rica, como dentro de la isla con la balsa hecha y los planes tejidos. Y con eso, y porque ya se va en un par de días y chirrín-chirrán, cierra el boquete que había abierto con este tremendo notición.
Conclusiones: ¿Realmente importa el pueblo cubano? ¿Realmente hubo cambios en la isla gracias a su intervención, que no pasó de ser otra cosa que "oratoria", por no decir que bla-bla? ¿Realmente movió o hizo tambalear la postura castrista? ¡Por su puesto que no! (aunque creo que eso le toca, de una vez por todas, al pueblo cubano y a los que nos duele su pesar).
Lo único que logró fue emborronar cuartillas, hacernos agua la boca creyendo que íbamos a saborear una nueva era en las relaciones diplomáticas entre los dos países.
¡Ah!, pero lo que sí consiguió fue pasearse por las calles adoquinadas de La Habana Vieja impregnadas de historia y con olor a mar, contemplar el rostro afable del cubano sencillo con que se codeó, fumarse un habano donde más se disfruta, y degustar de la exquisita gastronomía -la que desconocen los más pobres- comiéndose un solomillo de carne triple A en la Paladar San Cristóbal de San Rafael número 20, acompañado de su elegante mulata.
¿Y qué pasó? Pues que la situación para los cubanos de a pie volvió a quedar igual, o peor, pues ahora tiene camisa de fuerza el sueño de enfrentarse a un mar embravecido y llegar a la Yuma, o lograr pasar la frontera entre México o Canadá, o vivir en cualquier país del mundo -en China o la Conchinchina- durante años pensando en hacer cumplir el objetivo de llegar por fin aquí, a la tierra prometida.
Nada, que se va el mes y con él la ley que por cincuenta años benefició a tantos cubanos; y antes de que el día 20 cruce las doce de la noche para marcharse, ya tendremos a Thrump de presidente. Esperemos entonces, ya que la esperanza es lo último que se pierde, que en lo adelante este año se vislumbre mejor para todos.

Marta Requeiro.


sábado, 14 de enero de 2017

Consejo (Alma con alas.)

Consejo


La amarás a ella como yo a  ti, 
y espera.
Espera a que la vida venga
con su prepotencia
a dar y quitar.
Y se la lleve, se la lleve lejos,
donde no sepas de ella,
no la escuches,
no la veas.
Allá donde más duele
en una dosis interminable
de indiferencia.
Y tengas que apartarla
de tus signos vitales,
y tengas que extirparla del corazón
con un fórcep caliente
que cauterice a la vez.
Arrancarla
como a una masa que nunca importó.
Y tengas que continuar
porque no queda otra.
Y pienses en sus ojos
llenos de inocencia cuando te miraba,
y veas sus fotos,
y guardes sus fotos para no verla.
Y aprendas a pensar
que todo ha sido un sueño
que la vida es un sueño.
Que ya no eres más joven
pero que aún lo eres para esperar que vuelva.
Y que cada mañana es un día sin ella
pero es un día de cultivar amor.
Y abras tus brazos, en tu mente
y ensayes un abrazo
y una conversación trivial.
Y sepas que un: "cómo te ha ido"
no será suficiente para saberlo todo,
para absorberlo todo,
para disfrutarlo todo
como una vez creíste, iluso, que lo harías.
Y que arrastres tu pedazo de corazón,
de vida, de esperanza...,
ensayando regresos interminables,
cómo en una escena
que no se perfecciona,
esperando que vuelva.
Te aconsejo entonces,
si es que puedes resistirte,
a su bella sonrisa,
al brillo de sus ojos al descubrir algo nuevo,
al asombro de su rostro ante los sonidos,
o a su primera lágrima ante un raspón...
Que vayas entrenando tu corazón, tu razón,
y poniendo a prueba tu fuerza
para cuando no este.
Para cuando te diga
que para estar en su vida
tienes que cumplir condiciones.
Que hay reglas que debes acatar.
Que se suceden los días y las noches
y para ti son un solo manto bicolor enredado
en el que te asfixias y aprendes...
Aprendes a comer, a dormir, a mirarte por fuera,
a dibujar de rosa tu dolor, a encapsularlo.
Y pasarán los meses
que parecerán años
y un día llamará a la puerta
y te traerá en brazos su retoño.
Y dirás, después de haber sufrido:
¡Qué demonios importa!
Y sonreirás entonces
con una amplia e inocente sonrisa
como esa, que ella hoy te regala.

Autoría y derecho: Marta Requeiro.

¡Vive!


 ¡Vive!


Da lo mismo que llegues
antes o después
para entonces
la luna gigante de los sueños
flotará en un mar de azogue
donde el sapo se mirará
y volverá a ser príncipe.

Cuando las voces de los ciegos
den el veredicto final
sobre una hoja inmaculada
habrá parido el amor
brillantes esperanzas.
Y dará lo mismo si llegas
antes o después,
siempre que sepas
que el cielo y el infierno
estarán hechos
de la misma pólvora
esperando estallar
con los instintos,
antes o después.

La diatriba del mundo
es exagerada
para los que se aman.
Preocúpate entonces
de respirar
pues da lo mismo,
si llegas antes o después.
Todo ha de ocurrir
en el momento
exacto: el amor, el beso.
Y será entonces
cuando tengamos eso
por lo que aún
no hemos rezado.

Da lo mismo si llegas
antes o después porque la flor
vuelve a nacer en el estiércol.
Así ha ocurrido siempre,
antes y después,
por los siglos de los siglos.
¡Vive!


Autoría y derechos: Marta Requeiro,

lunes, 9 de enero de 2017

Solo entonces.(Alma con alas)

Solo entonces


Solo cuando
las olas se detengan
y el aire asfixie,
el sol no resplandezca
y los niños ya no quieran jugar.

Los peces sean frutas
jugosas y maduras
colgando de los árboles
de abajo hacia arriba.

O los océanos tengan
aves de mil colores
volando en su interior.

Un número no sea un dígito
o una letra el comienzo
de una palabra escrita.

La tristeza sea risa,
y el desamor no duela.
el fuego no caliente
y el frío de calor.

Cuando todo sea absurdo
con razón y sentido,
Cuando lo hermoso aterre
y el amor ya no salve.

Un hombre sacará
su pañuelo perfumado
para enjugarme una lágrima
por haberte dejado de amar.

Solo entonces
mis entrañas serán
duras como roca
que sirvan para abrir la tierra
y sembrar el último ápice
de esperanza de que todo,
volverá a ser igual.

Autoría y derechos: Marta Requeiro.


viernes, 6 de enero de 2017

Día de reyes.

                                                                       Día de reyes.
                                       


El Día de Reyes es algo que muchos de los que fuimos niños en Cuba, después del triunfo de la revolución, no conocimos. Es una tradición católica que se celebra el 6 de enero, y durante mi infancia esta religión no estaba muy bien vista. A sus fieles se les miraba con recelo y consideraba una especie de sexta religiosa por sus costumbres de rezar, adorar imágenes e ir a la iglesia los domingos arreglados como para una boda.
En la actualidad creo que tampoco se le da mucha importancia a este día. No porque se crea lo mismo de los católicos sino, más que nada, porque es complicado adquirir un juguete para regalar.
Vi las casas de algunos amigos de la escuela llevar esta tradición pero fueron de los primeros que empezaron a emigrar junto a sus padres cuando la cosa se fue poniendo cada vez peor en el país. Y así de a poco dejaron de verse desde la calle las salas de sus casas alumbradas en las noches por los arbolitos de navidad.
Mi madre -siempre creyente a su manera- puso uno una vez, y recuerdo que lo engalanó con bolitas de cristal de colores que guardó por años envueltas en papel periódico, como reliquia, dentro de una caja de zapatos. Luego le puso todo el algodón que pudo conseguir por encima para simular la nieve, el que luego le vi reusar en cosas de la casa y para quitarse la pintura de las uñas.
Todo aquello me parecía extraño. ¿Nieve? ¿Qué era aquello? Algo insólito para un niño cubano acostumbrado a estar siempre con chancletas y short con un calor de mil demonios.
En cuanto a los regalos no tengo noción de haber visto una tienda con juguetes no normandos y con precios asequibles, en Cuba, durante mi niñez. Solo hasta los trece años -edad en la que al parecer el gobierno consideraba dejábamos de ser niños- podíamos soñar con los tres juguetes que nos daban por la libreta de abastecimiento: el "básico", que era el mejor y más caro al que podíamos aspirar, y por el que había que esforzarse, hacer colas de días hasta entradas horas de la noche para evitar colados, llevando una lista con los nombres numerados, la que conservaba alguien de sumo respeto como el tesoro más preciado.
Costaba horas de insomnio y aguantar ganas de ir al baño el estar cuidando el puesto en la cola. La hacíamos en el Seccional (lugar donde se encontraban las oficinas centrales de los CDR, la FMC y el PCC de la zona) que era donde cabían más personas bajo techo y donde se “cantaba” la lista todas las noche, tachando el nombre de los que no estaban presentes al momento del llamado. Un año habíamos logrado tener un lugar privilegiado en la famosa lista y por eso mi madre pudo comprarme la soñada bicicleta, la que amarraba con una cadena y un candado  en una columna del portal, en las tardes, después de montarla. Recuerdo, me duró tres días, de allí me la robaron, sin poder saber nunca quién fue.
Estaba, además de ese juguete de mejor calidad, otros dos: el "no básico", de menos categoría y precio que el primero, y el "adicional" que llegaba a ser tan irrelevante o insignificante como una pequeña pelota o un juego de yakis.
Pero yo sí tuve dos reyes magos: un rey y una reina; que durante las situaciones económicas difíciles que desde mediados de los sesenta -y hasta la actualidad, por desgracia- nos tocó vivir, como magos, se las agenciaban para proveernos de todo lo necesario y poner de comer en los platos.
Mi padre era chofer de rastra refrigerada y su trabajo era ir de La Habana a las provincias orientales llevando productos de la fábrica La pesquera, congelados o enlatados. Cuando regresaba de su viaje de casi una semana, parqueaba frente a la casa su gran camión con muchos pares de ruedas, que en nada se parece a Santa con sus renos, y como rey mago portando un gran bolso lleno de regalos, se bajaba con una amplia sonrisa para mostrarnos lo que traía. No lo hacíamos junto a un árbol colocado en una esquina de la sala, engalanado con gangarrias de colores y luces que parpadeaban, ¡no! Íbamos tras él curiosas hasta la mesa del comedor y veíamos cómo sacaba de su morral y ponía sobre está los más diversos artículos; algo que mi madre le hubiese encargado o alguna otra cosa especial para ella entregándoselo con un beso en la boca, un vestido u otro obsequio para mi hermana, mucha comida: frijoles, quesos, frutas, y el ñame (el preferido de la cocinera de la casa para hacer frituras). Y al final -porque creo que disfrutaba verme saltar como chiva loca diciendo ¡¿y yo?! repetidas veces- me mostraba los zapatos que sabía me hacían falta y que me dejaban con la boca abierta, y algún otro obsequió destinado para mí.
Éste hombre fue el rey mago de mi infancia, viéndolo llegar varias veces al mes con su jolongo más o menos lleno en dependencia de cómo le fuera resolviendo lo esencial para el hogar.
Y así también recuerdo a su homóloga en la lucha, mi madre. Cocinando con lo que hubiera, haciendo chícharos con cebollino, orégano y laurel extraídos de la huerta que ella misma cuidaba. ¿Qué no era agradable comer la misma legumbre con más frecuencia de lo acostumbrado? ¡Cierto!, pero lo que no se podía negar era la pericia de ella para llenar nuestros infantes e insaciables estómagos.
No me crié con esa tradición, lo admito, y puedo contar con los dedos de una mano y me sobran dedos, las veces que he armado de forma rimbombante un arbolito para adornar la sala en época navideña.
En la actualidad suelo hacer algo parecido antes, e incluso el mismo día, y es agarrar cualquier planta, la más alta y frondosa que tenga en la casa, en maceta, por estos días y enrollarle una guirnalda de luces para colocar en su base regalos para la familia, los que entregamos como una forma de agradecerles por existir y estar siempre en los momentos más difíciles e importantes.
El Día de Reyes es un día muy importante para los católicos del mundo. No sé si aún en Cuba quede alguien que le de la misma y singular importancia a este día del calendario; pero de lo que sí estoy segura, es que en la isla los niños tienen cualquier día de los 365 que dura el año, a sus padres que -como reyes magos- hacen lo imposible por brindarles lo esencial para sobrevivir y formarse.
Esos son los anónimos pero verdaderos reyes magos. Los que dejaron en nosotros la tradición, contra toda adversidad, de hacer lo posible siempre por educar, alimentar y amar a nuestros hijos. Algo que fue pasándose de generación en generación y que representará siempre el mejor regalo.



miércoles, 4 de enero de 2017

La mejor manera de vengarnos.

                                                     
                                                        La mejor manera de vengarnos.
     
                                         
                   

Cuando hablas de hacer justicia de la manera de "ojo por ojo y diente por diente", te conviertes en un justiciero de esos que infringe dolor muchas veces a los descendientes inocentes de quien alguna vez le causó el pesar, y lo impulsó a vengarse.
¡No!, rompamos el círculo vicioso.
No más: "Te hago porque me haces", "te hiero porque me hieres", "Te mato porque mataste".
Venguémonos, sí, pero sin causar daños colaterales. De la mejor y más hermosa manera: ¡Amando!
Aunque parezca extraño y antinatural por lo que hemos aprendido hasta ahora. Porque el amor cuando es real, purifica, limpia, arrastra el lastre, salva; es el mejor motivo de comienzo y reconciliación. Sembremos amor y cosechemos amor, una y otra vez.
Así debemos vengamos, porque no nos estaríamos desquitando contra la carne, lo haríamos contra los sentimiento más oscuro que mueven las armas, que detona la muerte y aniquilan: el odio, el rencor, la envidia, la avaricia, lo dictatorial, el deseo de poder, la indiferencia..., y tantos otros.
Sin embargo, si dejamos que el amor con su manto de calma vaya inundando el raciocinio, los corazones, tomando protagonismo, haciéndose cada vez más puro, tangible y palpable, nos libraremos de todo lo nefasto. Y entonces esa sí sería, la mejor manera de vengarnos.



Cuartetas inquietas (Alma con alas)

                         Cuartetas inquietas.

                      

Nunca sacudo la brisa
que me coloco en el pelo
ni dejo que la obediencia
venga y me ponga un pañuelo.

Como un poeta me duelo
cuando una flor se desprende.
y la vida alegro luego
cuando tus besos me prenden

Nunca coloques tus sueños
en cajita de cristal
donde el olvido curioso.
se los pudiera encontrar.

Amor, tú, de mis amores
y desvelo de mis días
las caricias de tus manos
me devuelven la alegría.

¡Qué coqueta son las olas!
siempre de blanco vestidas
con esos vuelos de espuma
que se rompen en la orilla.

Es un cascabel tu risa
y tus ojos dos luceros,
me siento dueña del mundo
cuando me dices: te quiero.

A veces no es el puñal
el que nos causa la herida
es la mano que lo empuña
la que nos quita la vida.

Siempre que tu estas conmigo
el deseo se desliza
por los dedos de mis manos
cuando zafo tu camisa.

Horizonte y esperanza
tienen un amor prohibido.
ella anhela conquistarlo
él, siempre lejos y esquivo.

Hay trinos de mil colores
colores de muchos trinos
y no hay amor más hermoso
como este, que es tuyo y mío.

La niña pregunta al padre
a dónde se marcha el sol.
Va en busca de la mañana
que le da su resplandor.

Y a dónde va, padrecito,
la luna cuando amanece.
Se va a dormir con el mar
arrullada por los peces.

Aunque dos y dos sean cuatro
nosotros dos somos uno
y tomados de la mano
construiremos el futuro.

Sinsonte cantas y olvido
Sinsonte cantas y río.
Te has llevado mis congojos
Sinsonte de bellos trinos.

Personas de dientes blancos
que no prueban el café,
y cuidan bien sus palabras
por no perder el caché.

Las palabras no pensadas
pueden causar gran dolor
pero si son escogidas
resaltar más el amor.

La vida se ha de vivir
sin complejos ni temores
y como es una a disfrutar,
¡despójala de rencores!

Autoría: Marta Requeiro.