viernes, 27 de enero de 2017

Un muro de xenofobia y discordia.

          Un muro de xenofobia y discordia.



Levantar un muro entre los Estados Unidos y México para preservar la integridad de la frontera estadounidense, no es la solución. Éste no solo dividirá los países, sino a millones de familias formadas por indocumentados y los hijos de éstos nacidos acá. ¿Qué pasaría entonces? Los pequeños quedarían traumados y en manos de instituciones costeadas por el gobierno que invertirían mucho dinero en cuidarlos, alimentarlos y educarlos adecuadamente pero lejos de sus raíces como individuo, que sería atentar contra ellos. Ya no estarían a cargo de sus padres, los que trabajaban desde las sombras soportando vejaciones por un bajo salario para darles lo mejor. Además de otros muchos tantos jóvenes que tendrían que esforzarse el doble por no tener el apoyo familiar para alcanzar sus metas. ¡Un caos!
Creo que es un acto de soberbia y abuso de poder del presidente, por no decir que de miedo incontrolable, el querer erigir esa muralla divisoria. Si los que ya están aquí se legalizan (que son muchos moviendo el país) pagarían  impuestos, esa carga obligatoria que toda persona y empresa tiene que pagar al estado. En pocas palabras: más dinero disponible para financiar la construcción de infraestructuras que nos beneficien a todos,  prestar más  servicios públicos de sanidad, educación, defensa, protección contra el desempleo, prestaciones por invalidez o accidentes laborales, etc.
Y en cuanto a los que quisieran inmigrar, después del "punto y aparte" establecido: aprobar medidas severas, pero justas para ellos. Evitándoles la entrada ilegal y la permanencia.
Nosotros los cubanos sabemos muy bien que es esa sensación, porque la hemos sufrido  por más de medio siglo separados por el "muro" de agua y sal que aísla a la destruida y sufrida Cuba de el país de las oportunidades.
Aunque por años se nos permitía llegar, y ya aquí tener ventajas legales, sabemos por experiencia propia lo que provoca ese calvario de estar lejos de los nuestros perdiéndonos disfrutar con ellos momentos de la vida.
El que tenga un ápice de empatía no puede estar de acuerdo con esa medida del presidente Thrump de levantar el muro.
Conclusiones: Creo que e vez de acudir a bloques, concreto y división de toda índole, se debe optar por algo más duradero: acuerdos, leyes, e iniciativas que nos hagan vivir como buenos vecinos.
Levantar un muro no es la mejor opción de defender la frontera, por muy fuerte y alto que se haga este. Unas buenas medidas legislativas en cuestión de inmigración sería lo más sólido.
El presidente Donald aseguró, en los pocos días que lleva ejerciendo, que tiene un buen corazón. Nos toca descubrir, entonces, si saludable o bondadoso.

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