miércoles, 2 de septiembre de 2015

Semejantes

Semejantes


Era su sexo nulo, disfuncional y muerto.
Su figura gallarda, esbelta al presumir.
La inteligencia era lo mejor en su huerto,
y el esmerado esfuerzo en el mejor vestir.

Hirviente en sus hormonas una grácil doncella,
a través de sus ojos advertir no podía,
al pretender amor en esa huella,
lo infeliz sutil que le arremetía.

Conquistante tornóse la doncella.
En artes de coqueta desmedía.
Que exigua de ilusión quedó la bella
al advertir que nada sucedía.

De las féminas, que pisan éste mundo,
a este sujeto nada le importaba.
Era un oculto amor en lo profundo,
lo que a sus semejantes profesaba.

Olvidando la chica lo ocurrido,
amortiguaba así la novatada.
Para su conveniencia comprendiendo:
que alardeaba él, de lo que le faltaba.




Autoría y derechos: Marta Requeiro.




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