jueves, 24 de septiembre de 2015

Un Gigante.


Un Gigante


Tengo un gigante sobre mi pecho estacionado.
A ratos se agacha, me toma del corazón,
 y al aire me sacude, el mal intencionado.
Me zarandea tanto que pierdo la razón.
Y voy gritando al viento tan hondos sentimientos
que en cada arremetida quedo más desprovista.
Chorreando los matices de mis discernimientos:
la sabia de mi vida, y la luz de mi vista.
Reconociendo entonces la absoluta verdad:
que a través de esos desgarros yo hallo la libertad.



Autoría y derechos: Marta Requeiro.



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