Historia de un amor
Enajenada de placer un día,
corrí a su lado y le besé en la boca,
como el que bebe de apurada copa,
para calmar la sed de la agonía.
¡Cuánto tiempo sin vernos!, me dijiste,
y quedando perplejo por el gesto
compartiste conmigo la alegría
fundiéndonos en otro loco beso.
Entre dos almas que aún no se conocían
nació el amor, y hasta se ha engrandecido.
Que si en la eternidad hubieran corazones,
como los nuestros nunca se amarían.
Que no hay orgullo de decir lo que sentimos,
que no hay temor de abrir nuestras pasiones.
Y es así como se ama, vida mía,
aunque creamos nuestras acciones locas.
Porque en mi cuerpo lo que tus manos tocan,
se hace sentir cuan dulce melodía.
Los años han pasado y todavía,
este amor se mantiene inalterado.
A dios le pido, si a morir te envía,
no me separe nunca de tu lado.
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