La
noche,
péndulo entre el ocaso y el día.
péndulo entre el ocaso y el día.
Hamaca
de sirenas
y
silencios,
del
vicio y la modorra
del
sueño y el desvelo.
La
noche,
con su atuendo
con su atuendo
de
espantar colibríes,
apaña
al malhechor
y
al amante dormido.
Trae
perfumes de cuerpos
ruidos imperceptibles
y quejidos,
y quejidos,
las
musas y el olvido.
Enmaraña
canciones
que
se escucharán grises,
despertando
al niño
con
el hambre de pecho
y la caricia tierna
que le devuelve el sueño.
La
noche guerrillera
impávida y erguida,
salpicada de luces.
impávida y erguida,
salpicada de luces.
Solo
queda tranquila,
mínima
y herida,
desangrando
su negro
por
las alcantarillas
y pierde la batalla
ante
la luz del día.
Autoría y permisos: Marta Requeiro.
Autoría y permisos: Marta Requeiro.
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