miércoles, 26 de agosto de 2015

Después de las seis

Después de las seis



Después de las seis
se me vienen encima
caballos de tristeza,
a galoparme en el pecho
y a enjambrarme el rostro
con un tejido de lágrimas.

Después de las diez, 
llegan otros,
los caballos negros de la noche,
que enarbolan para mí las banderas de vigilia.

Sus cascos patean tu imagen en mi memoria
sin espantarla,
magullándola, 
y aún ensangrentada te distingo.
Cuando los etéreos caballos del alba se aproximan,
y los espantados caballos negros de la noche, vuelan.
Aún estas ahí doliéndome en las sienes,
perdiendo la esperanza con la luz del día,
y otro intento de olvidarte yerra
entre unas sábanas vacías.

Son veinticuatro punzadas dolorosas
el doloroso transcurrir del día
y los corceles locos de, mi mente
loca, hacen más lenta la agonía.


Autoría y derechos: Marta Requeiro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario