viernes, 4 de agosto de 2017

No podré irme.

                             No podré irme


Tus versos caminan en la calle
como eco.
Transformados, materializados,
en pasos,
gestos,
olores,
pregones
y lugares.
Sangre,
lucha,
sueños.
Hermano herido,
desvalido,
amigo.
Cuerpos,
amor innombrable o prohibido.
Esperanza,
vida.
Aire necesario para respirar.
Tus versos eres tú,
son tu pueblo,
que me enseñaste
a comprender y a amar.
Hoy que no estoy sobre tu tierra,
que no me cargo
de la energía que emana
de sus inquietas entrañas,
que no me llega,
como directamente desde sus profundidades,
la fuerza de tus versos...
Abro un libro de poemas
que escribiste,
me sumerjo en el éxtasis
de la contemplación de su belleza
y me doy cuenta que nunca me fui,
que no podré irme.

Santiago de Chile, Chile.

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