El sabor de los recuerdos
me llena la boca
a veces.
Suben la cuesta las imágenes
perfumadas con nostalgias.
Hay diversas risas meciéndose
en los balances
y las cortinas vaporosas danzan
al calor del verano.
Un dedal y un costurero.
La pelota de los yaquis salta en el portal
y se pierde entre las plantas de vicaria del jardín.
Busquemos qué hacer...
jalarle la cola al perro
o echarle sal a la rana.
El tren se derrite como cascada haciéndose visible en la lejanía.
Las pangolas esperan entusiastas
al borde de la línea.
Me asusta la bocina,
corro a esconderme detrás de la puerta.
Un, dos..., si cierro antes de tres
y no ha pasado aún
él me va a querer y bailaremos en la fiesta.
Puedo sentir ya
el olor salado y metálico del sudor
emanando de su cuerpo...
El sabor de los recuerdos
me llena la boca
a veces.
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