Fácil y difícil
Es fácil servir un desayuno,
dos tostadas, café
beicon y huevos.
Es fácil sonreírle
al pasajero
que coincide en el bus,
o a la cajera,
hablarles del clima,
que han subido los precios,
para decir después
nos vemos,
hasta luego.
Al canceroso pedirle
que se calme,
cuando vomita
solo en su agonía,
convencido de
que partirá luego.
Es tan fácil llorar
muertos ajenos
con un llanto finito
de lágrimas y duelos
entre perfume,
ropa sobria,
cama llena,
casa lejos.
Difícil es pedir
un beso para el alma.
O recuperarse
de ese rencor de dioses,
botón endurecido,
bien fijo al esqueleto.
Podredumbre del cuerpo
que macera el corazón
en un ácido olvido.
Fácil es trabajar
para pagar las cuentas,
la comida, el café,
que te mantienen vivos.
Levantarte y andar
aunque aún estés dormido.
Difícil es danzar con el dolor,
inquieto remolino,
donde metes la mano
y salvas la cordura.
Andar todos los días
con el escalofrío
desgarrador de esperas,
y guardar en cajas
de mudanzas
nuestras penas.
dos tostadas, café
beicon y huevos.
Es fácil sonreírle
al pasajero
que coincide en el bus,
o a la cajera,
hablarles del clima,
que han subido los precios,
para decir después
nos vemos,
hasta luego.
Al canceroso pedirle
que se calme,
cuando vomita
solo en su agonía,
convencido de
que partirá luego.
Es tan fácil llorar
muertos ajenos
con un llanto finito
de lágrimas y duelos
entre perfume,
ropa sobria,
cama llena,
casa lejos.
Difícil es pedir
un beso para el alma.
O recuperarse
de ese rencor de dioses,
botón endurecido,
bien fijo al esqueleto.
Podredumbre del cuerpo
que macera el corazón
en un ácido olvido.
Fácil es trabajar
para pagar las cuentas,
la comida, el café,
que te mantienen vivos.
Levantarte y andar
aunque aún estés dormido.
Difícil es danzar con el dolor,
inquieto remolino,
donde metes la mano
y salvas la cordura.
Andar todos los días
con el escalofrío
desgarrador de esperas,
y guardar en cajas
de mudanzas
nuestras penas.
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