Asalto al alba.
Con
un torrente de besos
asaltaremos el alba
soltaremos los quejidos
como palomitas blancas
y a la flor que se durmió
despertaremos temprana.
Vaya el silencio a pasear
que ya nació la mañana.
Las pestañas abanican
el calor de las miradas
y en un torrente de besos
el sol rojo se levanta
para servir más caricias
en dos bandejas de nácar.
Vaya el silencio a pasear
que ya creció la mañana.
Las manos que se entrelazan
en cadena de esperanza
salen a la calle a ver
que lo imposible se espanta.
Vaya el silencio a pasear
que ya corre la mañana.
Los grillos allá se escuchan
hacen coros en las cañas
y las mariposas cuelgan
de lo alto de las ramas.
Llegó el silencio de vuelta
y ya se fue la mañana.
La tarde se hizo un suspiro
y la noche se adelanta,
con un mazo de deseos
como fresas anudadas.
En el torrente de besos
de deseos, de miradas
esperaremos el alba
y soltaremos los quejidos
como palomitas blancas.
Autoría y derechos: Marta Requeiro.
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