De noche en el silencio.
De noche en el silencio
conmigo, nadie llora.
Mas una lágrima se suicida
del lagrimal a la boca
y esta última calla
para no romper, nada más,
ni el silencio.
Un torbellino cruza descalzo
el salón rompiendo
las entrañas de la luz,
pisoteando el tapiz de la ilusión,
llevándose consigo toda duda.
Arrullo en mi regazo
las futuras horas
sentada en el sillón de la hosca calma.
Esperando que crezcan lozanas y felices.
Para ver, si de una vez por todas
deja de inmolarse el salado líquido
que de mis ojos brota
al precipicio pálido
de mis mejillas.
Autoría y derechos:
Marta Requeiro
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