Ya no recuerdo
Ya no recuerdo.
¿Sabes?
Ni
qué tono de blanco tenían tus dientes.
Ni
si tenía un detalle destacable tu piel
por
el que pudiera reconocer tu cuerpo,
en una morgue.
E incluso, si las veces que lloré
realmente lo sentí,
realmente lo sentí,
o
fue un capricho.
¡Ya
no recuerdo!
A
veces me sorprende
tu
imagen espectral
cruzando
el salón de mi memoria,
como
si advirtiera un relámpago
de
un pestañazo.
Pero no es más que la costumbre
del tiempo que te quise asir
a mis recuerdos.
a mis recuerdos.
Y
ahí es que comprendo
que
te he olvidado,
o
al menos sé que eso es olvidar.
Y
me palpo el escalofriante nudo
que dejó la herida.
que dejó la herida.
Y
me pongo a prueba
y lo vuelvo a tocar,
sin desmayarme.
y lo vuelvo a tocar,
sin desmayarme.
Así
es como lo hago,
trayendo de vuelta tu figura vana.
trayendo de vuelta tu figura vana.
Sabiendo
entonces que ya no dueles,
que estoy inmune a ti,
que te creí mi enfermedad mortal.
Es
tanto lo que me sorprendo,
al
ver que ya no te recuerdo,
que
hasta dudo de tu realidad hurgando
en
mis sentidos,
y
ahora no sabría decirte,
siquiera,
por
qué fue
que
te amé,ni si exististe.
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