jueves, 25 de agosto de 2016

La luna colgada.

La luna colgada.



La luna se cuelga de un anillo
para salvarse de la cordura
y el vampiro succiona
un corazón ardiente.
No importa,
igual estamos condenados.
Que muera de miedo
no es noticia, es costumbre.
La mandíbula se esfuerza en sonreír
y una mueca la besa.
No importa,
igual estamos condenados
Así pasa la noche
viendo al enemigo
parapetarse en la mirilla
esperando el momento, mas...
No importa,
igual estamos condenados.
Gotea la dicha
por un grifo de desdicha
y la lengua se calla
lo que ya dijo.
No importa,
igual estamos condenados.
He de seguir mezcla
de metal y carne
fuego y frío
labor y ocio.
No importa,
igual estamos condenados
a disfrutar de la sombra y de la luz,
a vivir de forma artificial y prepagada
el patrón recalcado y repasado.
Porque al final...
No importa,
igual estamos condenados.

Autoría y derechos:
Marta Requeiro.

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