Columpio
Un péndulo de dicha
columpio de alegría
se adelanta y asusta
en su misión de siempre.
Entrega y huella,
adelante y atrás,
quedan.
La risueña inocencia
que al columpio se aferra
transforma una mirada
hosca en placentera.
La brisa trae perfumes
de desbordados trinos
con hojas y pistilos
del árbol enraizado
donde el trapecio cuelga,
portando a la inocencia.
Una espalda doblada
al peso de la vida
va empujando la risa
que en el balance vuela.
Autoría y derechos: Marta Requeiro.
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