domingo, 15 de mayo de 2016

El cubano, Dios y el Diablo.

El cubano, Dios y el Diablo

Érase un cubano encantador, vacilador, fiestero, exagerado, chistoso, mentiroso, pretencioso que sabía de todo un poco, y muy bueno para hacer triquiñuelas.
Un día se cae, se le zafa un diente, el diente se le encaja en un ojo, el ojo se le vacía, se desangra y muere.
Debió haber ido directo al infierno pero como era tan querido entre las féminas por su encanto, y por los amigos por ser el alma de las fiestas. Producto de los llantos, los rezos y las súplicas por la salvación de su alma, fue al paraíso.
Al llegar allá Dios le dijo. Eres la excepción de la regla. Igualmente querido y odiado pero yo tengo un prestigio que defender y proteger así que por lo mal que te portaste en vida debes pasar, al menos, una temporada en el infierno.
Dios llamó al Diablo y le dijo: Te mando por un tiempito este cubano para allá para que lo metas por el aro. Cuando lo hayas domado me lo devuelves.
Al infierno llegó el cubano y ya le tenían una fiesta de recibimiento. El se sintió un poco cortado al principio pues estaban esperándolo los maestros de la trampa; de quienes había aprendido y a quienes había superado. También estaban las prostitutas más prestigiosas, ya fallecidas por diferentes causas y prácticas amorosas. Todos se sentían halagados con su presencia. Rodeado de desbordantes mesas llenas de comida, tabaco y ron, empezaron a transcurrir los días.
Pasado un tiempo estimado Dios lo contactó nuevamente y le dijo que ya era hora de regresar con él, e incluso le pidió que le diera unas clasecitas en materia de encanto para ganar más almas pues el mundo cada vez estaba más perdido y falto de su amor. Que iba a tener que empezar a usar las redes sociales ya que las personas estaban pegadas al computador o al celular la mayor parte del tiempo y debía aprovechar ésto a su favor.
El Diablo, por su parte, lo llamó y le dijo: Te he estado observando y veo que has desarrollado técnicas nuevas en el arte del embuste y la seducción. Servirás a partir de ahora como mi consejero personal a tiempo completo. Te castigaré severamente si me abandonas, enviándote a las calderas del infierno.
Entonces a partir de ahí fue que el cubano supo lo que era el vacilón desenfrenado, perfeccionó sus métodos y desarrolló nuevas habilidades. Empezó a estar con Dios y con el Diablo, escapándosele a éste de vez en cuando.

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