jueves, 5 de octubre de 2017

Rescatando a Martí.

                          Rescatando a Martí


Cuando José Martí escribió los textos de  La Edad de Oro, revista con cuentos, ensayos y poesías que enseñan ejemplarmente el humanismo y el idealismo a través de la visión del excelso autor que todos conocemos, lo hizo pensando en que iba a ser leída por los niños. La propuesta de esta obra suya era iniciarlos en la búsqueda del conocimiento, del amor, la justicia y la universalidad de los valores humanos que se hacen presentes a través de su lectura por el amplio espectro de temas y épocas que trata con maestría, elegancia y belleza
Ahora circulan por las redes sociales las fotos de un niño cubano, José Daniel de la Torre Sampier de seis años, que encontró enterrado a la orilla del mar en su pueblo natal, Punta Alegre (Ciego de Ávila), y que "rescató" de entre los escombros que había dejado el huracán Irma un busto del entrañable escritor, poeta y patriota.
Estas instantáneas del infante llevando consigo la figura hecha en plástico del insigne pensador hace reflexionar que ciertamente hay que rescatar a Martí, sí, pero por todos y cada uno de los cubanos, para hacer realidad sus ideales. Esos que desde temprana edad aprendimos y que de alguna manera han perdido vigencia en nuestra amada tierra: el de ser independientes, empáticos con el desvalido, con el que sufre, no callar las injusticias y luchar hasta el final por las convicciones.
Él nos enseñó que no puede existir transmisión de valores y creación sin sentimientos, que hay que conmover al hombre y motivarlo a actuar. Como dijera: “Hacer es la mejor manera de decir”.
Hace falta dar vida al ideario martiano, hacerlo el motor impulsor de nuestros anhelos hasta que sean conscientes de él todos los cubanos para que pongan en movimiento esos "músculos dormidos" para actuar y conducirse a crear por fin una Cuba como la que él soñó.
Una Cuba tan libre a la que no haya huracán de vientos ni de represión, u opresión, capaces de dejar a su pueblo nuevamente callado, sometido y esperando limosnas. Que nunca más sean temerosos de actuar y alzar la voz para denunciar atroces injusticias. Entonces así, sólo así, habremos rescatado realmente al apóstol.

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