Vecino inoportuno
Me despeja la cabeza
por la mañana el café
y voy pensando con fe
en este día que empieza.
Del pan sustraigo una pieza
y lo embarro en mantequilla.
Me asomo por la mirilla.
que están tocando en la puerta.
Es el vecino, y se apresta
a sentarse en una silla.
Dónde andaba usted metido,
le pregunto, y por las nietas.
Le sirvo café y galletas.
pues dice que no ha comido.
Al parecer, ni bebido.
Mientras yo planificando,
el vecino conversando
no me deja trabajar.
¡Y no lo puedo botar!
Siento, me estoy atrasando.
Las doce ya van a ser.
¿Qué voy a hacer de comida?
Me estoy quedando dormida,
no he podido ni barrer.
También tengo que coser
y el vecino conversando.
Esto no tiene pa´cuándo,
y no empiezo mis asuntos.
El mediodía es en punto,
y el vecino conversando.
A la mesa a compartir,
llega y se sienta mi esposo
y hasta medio tembloroso,
me dice, ¿vas a servir?
Y no le pude mentir.
No lo tengo terminado
-le respondo-. Ni empezado.
¿Un huevo frito apurado?,
Y hago tres, porque el de al lado,
todavía conversando.
En la puerta una vecina
Interrumpe la conversa.
La cosa se torna adversa
pues coló hasta la cocina,
a ella que hablar le fascina,
Una ropa me ha traído
a que le haga un recogido
que va a salir pizpireta.
Hasta ayer estuvo a dieta,
pues tiene nuevo marido.
No pude hacer el arroz,
pongo pan con huevo frito.
La verdad estoy que grito,
y el vecino me culpó.
¡Pero cómo, esto es atroz!
¡¿Usted lo ha pensado bien?!
¡¿Quién ha entretenido a quién?!
Después que tomó el café,
callado, cogió y se fue,
y no lavó ni el sarten.
Mi esposo descansa, y coso
la ropa de la vecina.
Ya me olvido de cocina,
y de este día tedioso.
Mañana será divino,
porque si viene el vecino,
le voy a decir:¡No estoy!
Autoría y derechos: Marta Requeiro.
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